Guía de consumo sustentable

La moda proyecta un futuro sustentable. El consumidor poco a poco cambia su mentalidad, mientras cientos de marcas se esfuerzan por lograr líneas cada día más éticas tanto a nivel social como ambiental.

Como conversamos mi podcast con Alice Otegui de Calmo, una firma slow uruguaya, la sostenibilidad a veces puede ser un tanto abrumante. “¡No hay que vestirse de pasto para ser sustentable!”, dijo entre risas Alice en este episodio. Los requerimientos para ser un consumidor o una firma 100 % ecológica a veces son tantos, que finalmente nos rendimos a no hacer nada por temerle a la hipocresía.

La clave no está en volvernos sustentables de la noche a la mañana. Es como cuando decidimos dejar los lácteos, las harinas y el azúcar de un día al otro… Generalmente no dura más de una semana. Con la sostenibilidad sucede lo mismo. Es un cambio progresivo de hábitos que comienza con el solo hecho de tener la intención y dando pasos de hormiga.

Hay maneras más obvias y significativas, y otras menos evidentes y pequeñas para convertirnos en una persona slow. Por eso, hoy quise destacar siete formas, grandes y chicas, de dar el primer paso hacia un consumo más responsable. ¡Y recuerden! No cumplir con todos los requerimientos no habla de una falsedad, sino de una persona adentrándose sustentablemente en un camino de consumo en conciencia.

1. Apoyar la industria local

Apoyar a los diseñadores locales consumiendo productos confeccionados en el país de uno, generalmente es una buena manera de comenzar. Esta es una forma de fomentar la creatividad, el emprendedurismo y la industria local de donde uno reside. Ser sustentable no tiene que ver únicamente con el medio ambiente, sino también con aspectos sociales.

2. Evitar consumir en firmas fast fashion

Inevitablemente, resulta tentador ver la chaqueta más esplendorosa a un precio ridículamente bajo. No obstante, es importante reflexionar en estos precios y preguntarnos cuanto habrá ganado quien la confeccionó, para colgar de una percha en un llamativo local repleto de vendedores, a un precio tan insignificante.

The True Cost es el documental en Netflix que siempre recomiendo ver cuando menciono este tema.

3. Elegir calidad sobre cantidad

Comprar calidad muchas veces implica optar por una prenda en lugar de cinco, pero generalmente, ese precio se ve reflejado en la durabilidad de la pieza.

Optar por prendas de calidad nos ayuda a generar menos desperdicios e incentiva a la industria a mejorar los estándares.

4. Evitar el algodón no orgánico

Las plantaciones de algodón son y han sido siempre un problema a lo largo de la historia. Actualmente, son los pesticidas que apresuran el cultivo y le brindan la blancura al algodón, los agentes más problemáticos. Los mismos, no solo dañan la tierra con procesos antinaturales, sino que le traen las más severas consecuencias de salud a quienes se ocupan de rociarlos.

5. Pedir recibos digitales

Una acción simple y fácil de implementar como hábito: evitar recibos de papel para disminuir los desperdicios generados en una sola compra.

6. Cuidar las prendas

El director del Centro Textil Sustentable, el ingeniero textil Miguel Ángel Gardetti, explica en el texto “Política de las apariencias” de la socióloga Susana Saulquin, que el 60 % del impacto de una prenda ocurre durante su consumo. Esto se debe a la cantidad de electricidad empleada en el proceso de lavado, secado y planchado, a los químicos tóxicos utilizados, al derroche de agua generado y a la contribución de gases invernaderos que producen el calentamiento global.

Si bien depende de lo obsesivos que seamos con la ropa, resulta fundamental evitar lavar prendas de forma excesiva, pero sobre todo, cuando es innecesario.

7. Saber donde desechar

Evitar los desperdicios es clave, dado que la basura es uno de los asuntos más preocupantes de la actualidad. Es importante al hacer limpieza de guardarropas, saber a donde llevar las prendas que queremos descartar. Podemos venderlas en un local second hand o tener un lugar donde acepten donaciones. Desechar jamás debería ser una opción.

Personalmente hace tres años comencé por evitar las marcas fast fashion y realmente fue un camino de ida. El desafío me llevó a descubrir un sinfín de marcas con buenos clásicos y básicos que tal vez en el pasado hubiese conseguido en Zara. Sin duda compro menos que antes, pero mis prendas duran una eternidad. ¿Cuál será tu primer paso a un consumo sostenible?

The Strawberry Blonde