Se mueven al compás del cuerpo y se sacuden con el viento invitándonos a bailar. Los flecos están de regreso y las redes son su nueva pareja de baile esta temporada.

Se dice que el equilibrio se logra en constante movimiento. Luego de dos años agitados (y aunque este también lo sea), el ser humano necesita volver a una rutina equilibrada que concilie lo mejor de los dos mundos: quedarse en casa y salir de farra. Para esto, los flecos se presentan como el compañero de baile ideal. Es como si estuviesen de regreso para celebrar su centenario. No olvidemos que fueron ellos quienes hicieron a los años veinte rugir. Es cuando comprendemos que la vida es corta, que finalmente decidimos lucir lo mejor del guardarropas y salir a danzar.

Existen dos tipos de flecos y, en este caso, no estamos hablando de las tiras de gamuza que popularizó el movimiento hippie en los años 60 en apoyo a los indígenas de América. Hoy, la moda nos propone, más que flecos: tejidos desflecados. Hilados finos y largos que se destejen gradualmente de tejidos artesanales planos, de punto y de redes.

En búsqueda del equilibro, el mar se convierte en fuente de inspiración, y las redes de pesca en material de diseño para los más creativos. Cuanto más rústicas mejor y desflecando sus extremidades se logra apreciar el romance del momento: redes con flecos.

¿A dónde encontrar a la pareja del momento? En The Farra, una marca de diseño uruguaya en la que los flecos y las redes, no son exclusivamente de esta temporada, y con sus artesanas, logran dominar estas técnicas como nadie. ¿Cómo llevar estas dos texturas? ¡Toma nota!

¿Flecos con flecos?

Definitivamente sí. Y si son en distintos colores y grosores, todavía mejor. Animate a jugar con distintos largos y no te limites a usar unas caravanas con flecos solo por tener una falda flecada. Esta tendencia valida la teoría de que ¡más es más!

En este caso, combiné flecos de distinto hilado pero mismo color. Tapado y falda de The Farra.

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Exprimiendo el potencial de estas texturas

La versatilidad de las redes y los flecos no tiene comparación. Porque cambiando la base, alteramos radicalmente el tejido. Es como si tuviésemos una urdimbre confeccionada y pudiésemos definir la trama día a día. La propuesta es exprimir el potencial de estos tejidos al máximo, experimentando con los tejidos que lucimos por debajo.

Creo que a la hora de vestirnos, es clave dejar de pensar en el pelo y en la piel de manera independiente al conjunto. Tienen color, tienen textura, y hay que empezar a verlos como si fuesen un elemento de juego más para la composición. Sobre todo al experimentar con redes que dejan ver la piel y flecos que se sacuden salvajemente al igual que el cabello.

¿Por qué no cambiarle la estación a las prendas? Un vestido de red de verano se puede convertir en una pieza de media estación. Hay que quitarnos el miedo de lucir pantalones debajo de vestidos. En este caso combiné este vestido de The Farra con mis pantalones a cuadros.

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Logrando contrastes inesperados

Lo más predecible es combinar estas texturas más rústicas con tejidos como el jean. Es una alternativa que no falla. Sin embargo, en mi opinión, nada es más atractivo que contrastar textiles rústicos con telas glamorosas, brillantes e inesperadas. Flecos de algodón con organzas de seda natural, redes opacas con un poco de brillo por debajo, joyas majestuosas para resignificar el tejido, y colores de dos universos lejanos para ver qué sucede; solo un par de ideas para explorar.

Con tejidos de lana, siempre prefiero un pantalon de cuero antes que un jean para generar un mayor contraste de texturas. Ruana de The Farra.

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¿Por arriba o por debajo?

¡Ambas! Por arriba, lucimos aún más estas texturas, sobre todo si jugamos (como menciono en el punto anterior) con contrastes inusuales. Se me viene a la mente un top con flecos sobre un pantalón de vestir de satén o un vestido de red sobre una base floreada. Sin embargo, estas texturas, puestas por debajo, ¡sorprenden! Nada como un par de flecos escapándose por debajo de un maxi-sweater de lana, un puño de red asomándose bajo la manga de un blazer, o un vestido tejido con una camisa relajada por encima.

No es un maxi-sweater, pero me gusta todavía más. Falda y sweater de The Farra.

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Arriésgate. Anímate a jugar con las premisas que trae la moda y no le temas a equivocarte. El que no arriesga, no gana. De eso se tratan los nuevos años veinte.

The Strawberry Blonde