Custo Barcelona va lento en NYFW

Custo Barcelona sorprendió en la pasarela de la semana de la moda en Nueva York con una interpretación vibrante y brillante del Slow Fashion Movement.

Slow Fashion es una de las numerosas ramas del Slow Movement, un movimiento que promueve los procesos lentos, la amabilidad con el medio ambiente y el disfrute de la vida.

Específicamente en la moda, el movimiento reacciona contra las producciones masivas, ponderando lo artesanal; elige las fibras naturales sobre las artificiales; alienta al reciclaje de los productos; y se enfoca en mejorar la calidad y a reducir el número de temporadas para aumentar durabilidad de la ropa quitándole a la pobre moda su fama de desechable.

Custo Dalmau, diseñador de Custo Barcelona, propuso una para la primavera – verano 2016 en la semana de la moda de Nueva York, una colección Slow, para la cual decidió tomarse su tiempo y rescatar de la filosofía del movimiento lento el valor por lo artesanal, creando así productos con una calidad que les permite perpetuarse.

El diseñador se mantuvo dentro de su estilo recargado y en los colores estridentes que presenta habitualmente. Sin embargo, la colección fue tan Custo como Slow, ya que hizo convivir los colores típicos de la moda lenta, como el gris, el beige, el rosado, el blanco, el lila y el verde dentro de una paleta baja, con sus colores estridentes, tales como el verde lima, el tangerina, el azul eléctrico, el coral, el turqueza y el fucsia. El creativo diseñador asegura que todos estos fueron inspirados en la naturaleza marina.

Lo interesante fue que Custo utilizó en algunas prendas los colores estridentes simplemente en acentos y en otras estos predominaban de manera vibrante y hasta en algunos casos las prendas también tenían brillos. La realidad es que la mayoría de los diseñadores que se inspiran en el Slow Movement no se animan a colores con tanta fuerza juntos, pero como este es un movimiento de moda sostenible, alguien en algún momento iba a tener que romper con la monotonía y presentar algo con audacia y creatividad.

Si bien los colores sorprendieron al movimiento, los cortes y las texturas orgánicas estuvieron bien en tema. Igualmente, lo más destacado fue el trabajo artesanal que tuvieron estas texturas tanto visuales como táctiles que se vieron en detalles o mismo en la prenda entera, que hicieron que la colección se distinguiera por su calidad y sus horas de trabajo.

Custo Barcelona enfatizó en su etiqueta cocida el “Made in Spain”. Mostrar el origen de los productos cuando son locales y artesanales es una manera de realmente valorar lo artesanal, lo cual va de la mano de la filosofía Slow.

En otros aspectos, Custo Barcelona propuso una colección con notable frescura, principalmente por sus caídas dulces y sus colores vivos, y con una energía que la hizo incapaz de pasar por desapercibida en la Fashion Week de la gran manzana.

Es bueno saber que los diseñadores se van uniendo a esta revolución de moda lenta tomando algunas de las propuestas del movimiento y adaptándolas a sus estilos de siempre, para ir creando conciencia tanto en la industria como en las personas que ven moda, y que de a poco se empiece a valorar más el costoso trabajo de lo artesanal y se vaya creando un vínculo más fuerte y amigable con el medio ambiente. ¡Podemos decir que Custo Barcelona ya es parte de la revolución “Slow”!

The Strawberry Blonde