margo baridon

Cómo lucir tendencias, comprar sostenible y no ser un fashion victim

En el pasado, la moda no era poco complicada, sin embargo, alguien o, tal vez todos, decidimos incorporar aún más premisas a la consigna. Hace veinte años los problemas iban de no poder comprarte lo que querías hasta el síndrome del guardarropas vacío cuando en verdad, no alcanzaban los estantes para sostener el volumen de prendas. Ya saben, cosas también de hoy en día. Sin embargo, recientemente la propuesta se volvió aún más desafiante como si pudiésemos pasar aún más tiempo al frente del ropero. Aparte de todo lo anterior, hoy la moda se trata de comprar sostenible (idea con la que estoy totalmente de acuerdo), de dominar el arte sutil de lucir contemporáneos pero nunca como una víctima de la moda y de tener estilo propio. Esta última idea es la más compleja y existencialista. ¿Cómo podemos tener nuestro propio estilo si todavía no terminamos de descifrar quién somos?

Hace meses vengo reflexionando acerca de estas ideas a la hora de vestirme y haciéndole las preguntas más extrañas a amigos y familiares acerca del complejo arte de vestir, y creo haber recolectado los insights suficientes para redactar una nota entera y responder a la pregunta del llamativo titular.

 

Parte 1: Cómo lucir tendencias sin ser un fashion victim

En “La Parisina”, el libro de estilo de Inés de la Fressange, Inés confiesa lo que siempre intuí: las parisinas saben perfectamente lo que está en tendencia, solo que escogen las más atemporales y niegan a muerte estar al tanto con lo que se viene. Sabias mujeres.

Las tendencias se alinean a la necesidad de evolución del ser humano y le dan un toque de frescura a nuestros looks. Un fashion victim es básicamente quien se entusiasma con todo lo nuevo y evita filtrar lo que va y lo que no con su estilo. Todos tenemos nuestros puntos débiles. A mí, por ejemplo, me pasa con las mesas dulces. ¿Qué se puede hacer? Es una cuestión de tener control (si se quiere). Pero, si en esa euforia por lo nuevo logramos discernir lo que más resuena con nosotros y las propuestas más atemporales, podemos evitar caer en las trampas de la moda y elegir piezas que probablemente durarán más tiempo en nuestro guardarropas, haciendo de esa compra una más duradera y por ende sostenible.

Ahora, la gran pregunta: ¿cómo elegir las propuestas más atemporales? Básicamente evitando los key items, a menos que el anhelo no nos deje dormir. Suele pasar. Un key item es esa pieza de deseo que de pronto todos tienen o aspiran a tener. Este año, por ejemplo, es la campera de cuero negra estilo Thomas A. Anderson (también conocido como Neo de Matrix). Un key item combinado con otra tendencia llamativa de la estación es la receta perfecta para ser una víctima de la moda.

El secreto es pensar en las tendencias que en dos temporadas no tendrían por qué desvanecerse en el aire. Por ejemplo, los colores del momento o clásicos que se ponen de moda, como puede ser un traje de sastrería. El fucsia actualmente es furor pero nunca va a estar out usar un color si sabemos con qué combinarlo. Luego existen otras tendencias más sutiles como la punta del calzado. Una punta en V nunca va a pasar de moda pero sí podría aportarle mayor contemporaneidad a nuestra imagen lucirla en el momento indicado. Los accesorios en tendencia son clave cuando lo que buscamos es simplemente un toque que nos haga sentir actuales y renovados.

Esta primera parte es un arte sumamente sutil que con tiempo y práctica, se logra dominar. ¡Lo bueno es que tenemos la oportunidad de hacerlo todas las mañanas!

Margo Baridon

Esta blusa fucsia de Margo Baridon la tengo hace años en mi ropero. Hace un par de temporadas la usaba con biker shorts y hoy la uso con jeans. No hay vez que salga de casa con ella que no me la ponderen.

 

Parte 2: Cómo cultivar el estilo personal

En otras palabras, cómo no ser un fashion victim parte dos.

Me gusta pensar en el guardarropas como en una curada colección de piezas. El primer paso es cubrir los básicos que le darán mayor versatilidad a nuestro armario. Pero acá está el secreto: no tienen por qué ser los básicos que todos reconocemos como básicos. Una T-shirt blanca puede ser rosada, una camisa blanca puede tener volados, y un pantalón negro puede lucir una terminación con brillos. No tienen por qué ser del todo simples y menos, si no nos sentimos personas simples. La idea es elegir básicos que interpreten nuestra personalidad para sentirnos extraordinarios ante el espejo, tener piezas con las que podamos vernos e identificarnos todos los días y que combinen prácticamente con todo lo que hay en nuestro guardarropas.

El segundo paso es escoger prendas extraordinarias. Piezas que puedan ser tendencia (o no), pero que sepamos siempre van a llamar la atención por su autenticidad. Es por eso que estoy obsesionada con el trabajo de la diseñadora uruguaya Margo Baridon. Sus prendas, siempre un paso adelante en lo que es tendencia, son atemporales por su originalidad y no por su simpleza. Y así es como se coleccionan piezas de arte en el ropero. Tengo ítems de Margo de hace tres años que temporada a temporada combino de manera diferente y siempre recibo los mejores comentarios. Cuando sé que estoy luciendo un best-seller de la marca, trato de acompañarlo con algo que nadie más se lo pondría o nadie más tiene: como una pieza vintage de mi abuela o mis exóticas caravanas de frutilla.

Cuando hablamos de estilo personal creo que es clave tener en cuenta que, si bien es algo que se construye con los años, existe un factor de incertidumbre al que debemos resignarnos. Tal vez comenzamos a coleccionar piezas monocromáticas con el objetivo de tener un sofisticado guardarropas unicolor en los próximos dos años y de pronto un día, nos despertamos con otro mood y ganas de usar color. Y todo lo que veníamos usando ya no se alínea a quienes somos y hay que empezar de cero. Eso también es parte del proceso del estilo personal: embanderar el cambio, saber quién somos y saber quién ya no somos más.

Margo Baridon

Estos son mis básicos (no tan básicos) de Margo Baridon.

 

Paso 3: Cómo comprar sostenible (contemplando todo lo anterior)

Consumir tendencias que tengan una cuota de atemporalidad, tanto por ser clásicas o sumamente auténticas, es una excelente alternativa. Porque la sustentabilidad se trata de comprar menos, mejor y de comprometernos a una relación duradera con cada pieza que incorporamos a nuestro guardarropas. Por supuesto, no podemos estar 100 % seguros de cuánto tiempo nos va a gustar una prenda, pero la clave está en hacer el intento de comprar lo mejor posible.

Para apostar a largo plazo, es clave observar la confección y conocer el compromiso de la marca con la calidad, y no únicamente en la fibra que compone la prenda. El secreto cuando hablamos de compras sostenibles no está solo en la compra, sino en comprometernos a cuidarla como se debe para extender su vida útil. Debemos evitar lavar y planchar prendas innecesariamente, tener en cuenta todos los cuidados detallados en la etiqueta y usarla para justificar la compra.

La ropa (al igual que la vajilla) está para usar.

Creo que es clave dejar de reservar determinadas prendas para ocasiones especiales y hacer que cada pequeña celebración, como una cena semanal con amigos, pueda convertirse en una excusa para lucir lo mejor de nuestro guardarropas. En la vida hay momentos de disfrute, momentos que seguro no disfrutamos y algún día ya no vamos a estar. Entonces ¿por qué no disfrutar de lo que tenemos, si podemos, mientras podemos? Para seguir por estas líneas filosóficas les dejo mi último podcast con Tomás Olivieri Acosta: Memento Mori.

Volviendo a esta nota: para usar lo que tenemos, debemos verlo. ¿A quién no le pasó alguna vez de comprar algo muy similar a lo que ya tenía por tenerlo escondido en el fondo del ropero? Para comprar sostenible debemos tener un guardarropas organizado, saber lo que tenemos y, consecuentemente, saber lo que verdaderamente necesitamos.

Comprar una prenda a la vez también es esencial para hacer una elección más sostenible. Cuando tenemos que elegir una sola prenda, consumimos menos, elegimos mejor, y pensamos a largo plazo. ¿Lo mejor de todo? Generalmente, alcanza con solo una prenda para calmar la clásica crisis de “no tengo ropa en mi armario”.

Margo Baridon

Esta falda de Margo Baridon es de esas piezas que considero extraordinarias. Hoy tal vez sea tendencia, pero no imagino un futuro en el que no sea vigente.

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