Arte desde Marte - Derechos Reservados

Se hace lo que se puede

¿El algodón es orgánico? ¿El producto es vegano? ¿Dónde se confecciona la marca? Es extraordinario el despertar de consciencia del consumidor de moda en los últimos diez años. Pasamos de comprar masivamente en tiendas fast fashion a hacernos preguntas clave antes de adquirir un producto nuevo, empezando por la esencial: ¿lo necesito?

Sin embargo, como diseñadora, no dejo de pensar en lo complejo que debe ser tener una marca hoy en día, con un consumidor cada día más exigente. Porque, si bien la exigencia es lo que hace al emprendedor ir por más, es como si todo avance de las marcas fuese visto por el cliente como una hipocresía, recordando con cada logro sostenible, todo lo que aún le queda por hacer. Me gusta pensar que hay gente que realmente quiere hacer las cosas bien y que no todo es una mera estrategia de marketing. No voy negar la existencia del greenwashing, pero creo que es clave tratar de diferenciarlo de un emprendedor luchando por hacer las cosas ASAP (as sustainable as possible).

A menudo escucho comentarios como “la tela es reciclada pero la bolsa de compra no”, “hacen los tejidos en Uruguay pero importan las camisas de China”, entre otros del estilo. Al final, las marcas que comunican la más honesta verdad de que la sustentabilidad es un camino a transitar, son las más perjudicadas. Porque en vez de recibir aplausos por cada pequeño éxito, reciben críticas, como si todo lo que aún les quedara por hacer fuese una hipocresía ante ese nuevo logro.

Un gran porcentaje de los consumidores preferirían escuchar que la marca es 100 % sostenible, lo cual es, por supuesto, la mentira más grande del siglo XXI. Cualquier marca que utilice electricidad para trabajar o un medio de transporte para llegar a la oficina, ya no puede ser considerada 100 % sostenible. Creo que con esto en mente, se pueden establecer metas y expectativas más realistas.

Ahora sí, mi estadística preferida de todos los tiempos: ¿sabían que un 60 % del consumo energético de una prenda se produce en el hogar del consumidor final, entre lavados y planchados? Algo para tener en cuenta antes de señalar a un emprendedor que busca hacer cada día, las cosas un poco mejor. No olvidemos que cada vez que apuntamos un dedo, hay otros tres que miran hacia nosotros. Las marcas no son las únicas responsables por la sustentabilidad del sistema de la moda. Todos, en nuestras elecciones cotidianas, podemos hacer las cosas cada vez mejor, desde apoyar el diseño local al salir de compras, hasta evitar lavar prendas innecesariamente.

Como todos sabemos, nada es lo que parece. Hay marcas que trabajan con artesanos locales, optan por fibras sostenibles, pero tratan despectivamente a sus empleados más cercanos. Como en todos lados, hay de todo, y ni siquiera poniendo a una marca bajo la lupa podemos saber qué pasa detrás de la cortina.

Convirtámonos en observadores, aplaudamos los pequeños triunfos de quienes buscan hacer las cosas cada día mejor y soltemos el juicio. Hagamos lo mejor que podemos y enfoquémonos en lo que otros hacen, y no en lo que aún les queda por hacer. Porque la moda lenta, se trata justamente de dar un paso a la vez, ¡ASAP!

The Sour Berry

#SaveTheBerries!