Frida Kahlo: un ícono inmortal

“Cada tic-tac es un segundo de vida que pasa, huye, y no se repite. Y hay en ella tanta intensidad, tanto interés, que el problema es sólo saberla vivir. Que cada uno lo resuelva como pueda.” – Frida Kahlo

Es tan fácil y a la vez tan difícil hacer una representación de la exótica Frida. Tan sencillo como representarla a través de sus tupidas cejas negras y, a la vez, tan difícil como sumergirse en la complejidad de su enigmática personalidad.

Unos meses atrás, mi amigo y fotógrafo Francisco Pittamiglio me propuso el desafío de hacer una producción de la artista, junto a la talentosa maquilladora Victoria Varela, en la que debíamos transformar a Selene Benzano, en “nuestra Frida”.

Siempre fue un personaje atractivo para mi, pero esta propuesta me llevó a investigar más acerca de su vida. Tras observar sus obras, leer sus biografías y mirar su película, pude entender que el tamaño de sus cejas, era proporcionado con sus intensos ojos cargados de dolor, de pasión, de sabiduría y aspereza, que no hacían más que reflejar esa vida a la que deseó nunca más volver.

El rojo, que tanto la caracteriza, no sólo expresa su dolor, su bohemia sexualidad y el vigor de su sufrida experiencia en la Tierra, sino que, como lo explica en su diario, probablemente sea en sus obras, una representación de la sangre.

Las coloridas y voluptuosas flores, tan presentes y tan características eran para la artista, un símbolo de sexualidad y de sus sentimientos. Se retrataba con ellas a ella misma, porque era a quien más conocía. “Me pinto a mi misma porque es a quien mejor conozco”.

Mi primer paso para vestirla fue abrir mi vestidor e ir prenda por prenda con la pregunta: ¿Frida lo elegiría? Aún así, no era suficiente. Entonces recordé que en mi casa hay algunas cajas en donde siempre encuentro amorosos tesoros: las cajas con las cosas de mi abuela. Así fue como encontré dos fabulosos vestidos del inigualable Yves Saint Laurent, que por sus flores y colores, Frida no hubiese dudado en elegir.

Algunos conjuntos eran más literales, otros más conceptuales, y algunos otros, tenían connotaciones un tanto más modernas. Unos la representan en sus mejores momentos, y otros en los peores, pero al final, todos fueron creados con la intención de mostrarla como la fuerte víctima que fue.

El día de la producción todo fue magia. Victoria Varela y su extraordinario kit hicieron que Selene a cinco pasos de distancia fuese indiscutiblemente Frida. Me asombró lo icónicas que pueden ser un simple par de cejas. La modelo se sumergió en el personaje delante del lente de Francisco y como ya dije, todos hicieron magia esa tarde.

Los invito a disfrutar de nuestra producción en equipo, que espero la disfruten tanto como lo hicimos nosotros.

 

Fotografía: Francisco Pittamiglio

Modelo: Selene Benzano

Maquillaje: Victoria Varela

Vestuario: Camila Galfione

The Strawberry Blonde