En la recta final

El jueves de la semana pasada culminó un largo y sacrificado proyecto para mis compañeras de clase y para mí. Estudiar diseño de modas es una importante entrega personal. Es pasar noches sin dormir, perderse reuniones con amigos, bordar, coser o tejer por interminables horas, dejar todos los ahorros en modistas y textiles, correr a la mercería antes de que cierre para poder trabajar en la noche y tener la presión de que el resultado se expondrá en una pasarela. ¿Y saben que es lo más curioso de todo? Que aunque nos vivamos quejando de nuestras no-vidas, en el fondo, hay algo de todo eso que a los diseñadores nos encanta.

Átide fue el nombre con el que bautizamos nuestra pasarela, que se inspiró en la arquitectura uruguaya. Se llevó a cabo en el subsuelo del Mercado Agrícola de Montevideo, un lugar que no muchos conocían y que tiene una interesante estética industrial. Con mis compañeras no solo realizamos los diseños de la pasarela, sino que montamos el evento en su totalidad.

El proceso de diseño fue algo increíble. En cuatro meses, bajo la dirección creativa del talentoso diseñador brasilero Lucius Vilar y con la guía de nuestra docente Magdalena Vilaró (a esta altura, una segunda madre para todas), las dieciséis alumnas trabajamos sin parar en cinco colecciones. Las inspiraciones de éstas fueron el ingeniero Eladio Dieste (Detí), el Aeropuerto Internacional de Carrasco (Élan), el contraste entre la arquitectura contemporánea y la antigua (Hitra), las puertas de la Ciudad Vieja (Jano 201) y el arquitecto Julio Vilamajó (P-48).

En mi opinión, cada colección tuvo lo suyo. Las del grupo “Detí” realizaron impactantes texturas y accesorios de madera en plano que me parecieron de lo más sofisticados. (Grupo: Florencia Perdomo, Sofía Grassi y Sofía Zerbino)

 

“Élan” realizó llamativas estructuras en cuero y elaboró una textura con serigrafía y bordado simulando un plano arquitectónico que resultó sumamente atractiva. (Grupo: Belén Guerra, Carmela Sotuyo y Martina Rial)

“Hitra” llamó la atención con sus cueros calados en laser y logró tres vestidos que, en mi opinión, estuvieron en otro nivel. (Grupo: Camila Corral, Federica Salvo y Verónica Giménez)

El grupo “P-48” tuvo el proceso creativo más interesante que vi en mis cuatro años de carrera. Utilizaron los conceptos del arquitecto para crear su colección y superpusieron siluetas sobre sus obras para definir los cortes y los volúmenes. Todo el porqué de esta colección fue increíble. (Grupo: Ana Sofía Bustin, Anna Sofía Faggiani y Mariana Gonzalez).

 

Mi grupo, por último, fue “Jano 201”. No me atrevo a opinar acerca de mi colección, pero sí puedo decir que buscamos, hasta el último momento, nuestra satisfacción personal con la misma. Rehicimos prendas infinitas veces, bordamos hasta el último día y no permitimos quedarnos en desconforme con ninguna pieza. No hay mayor gratificación que culminar un proceso tan extenso feliz con el resultado final. (Grupo con Francisca Pascale, Romina De Santis y Valentina Quiñones).

 

No voy a mentir, hubo tantas rizas como llantos, abrazos como discusiones y acuerdos como desacuerdos, pero era evidente que todo eso iba a ser parte del proceso. “Diseño y Producción de Eventos de Moda” es la materia de la ORT que propone este exigente proyecto que en mi opinión, es una importante instancia de crecimiento, un enorme desafío grupal y el principio de la recta final de una intensa carrera de cuatro años.

 The Strawberry Blonde

 

Créditos fotos: Universidad ORT Uruguay

Agradecimientos: Maybelline, Mercado Agrícola de Montevideo, Cosecha Dorada, Imprimex, Atijas, Inswitch, Medicina Personalizada, Disco, Cutcsa, Incuer, Dacelco, LGD, Layva, Javier Volonterio, OPA, TLC, María Pasión, Zillertal, Bodega Norton, BoConcept, Carrara, Cabify, Radioflet y Barbé Solutions.