El fantástico universo de Olímpica

Conocer su atelier me generó la misma sensación que entrar a Dylan’s Candy Bar con diez años por primera vez. Es lúdico, colorido y dan ganas de tenerlo todo.

Esta semana taché en mi To Do List un punto que tenía pendiente hace ya dos años. Visité el taller y showroom de Olímpica en la Ciudad Vieja y conocí a su ecléctica y fascinante emprendedora de treinta y dos años, Valentina Claveria.

Ella es pura sonrisa y su atelier, toda creatividad. Olímpica es una marca de accesorios en la que todo se vale. Cerámica, acetato, madera, plástico, metal, estrellas, cisnes, elefantes y todo tipo de forma y color sorprenden conviviendo en tanta armonía dentro de sus alocados, impares y exclusivos accesorios.

El emprendimiento surgió hace dos años. El nombre nace de su tesis de la tecnicatura en Diseño de Modas en Pablo Giménez, para la cual desarrolló una línea casual inspirada en las gimnastas. “Estar olímpica es una expresión. Es estar siempre espléndida. Es caerse y levantarse en pose con una sonrisa” explicó la diseñadora mientras armaba sus piezas para Degusto Couture este fin de  semana. (Ver evento en mi Fashion Calendar).

Valentina comenzó diseñando indumentaria y haciendo algunos accesorios como complemento. Sin embargo, el mundo de la bijoux la cautivó por completo y, actualmente, son algunas prendas las que complementan su línea de accesorios.

“Nunca pensé que terminaría dedicándome a esto. Viví en Zaragoza donde estudié decoración y trabaje de visual y de escaparatista. Cuando volví a Uruguay hice modas, sin embargo, el proceso de la indumentaria lleva sus tiempos y me generaba mucha ansiedad. Con los accesorios, logro tener completo control sobre mi proceso creativo. Las prendas que confecciono son más accesorios que indumentaria”, expresó.

Dentro de sus diseños, Olímpica tiene distintas líneas. La principal son sus eclécticos accesorios en plástico, acrílico, metal y madera. Paralelamente tiene una línea de peludos turbantes, otra de indumentaria, una tercera de correas para lentes y una en cerámica desarrollada con una técnica japonesa llamada Raku.

Valentina es capricorniana, constante, creativa, una eterna inspirada, enamorada y trabaja en la mañana. Vive en constante contacto con la naturaleza y es una apasionada por los años ochenta. “Trabajo en un ambiente ordenado, con ropa cómoda, escuchando mi música y siempre con un incienso o un palo santo encendido” contó mientras entendí que Olímpica es un auténtico reflejo de ella misma.

“Vivo en contacto con mi niña interior. Ahí está la esencia de todo. Siempre me gustó armar cosas. En mis fotos de pequeña siempre estoy disfrazada o llena de pulseras. Tengo la suerte de estar todo el día jugando y a la misma vez trabajando” afirmó sonriente.

La firma recibe a sus clientas en su atelier en la Ciudad Vieja, al que se puede asistir agendándose a través de las redes (Instagram: Olimpica_studio). También tiene algunas piezas en Magma y asiste siempre a Degusto Couture. Su público es amplio, sin embargo, las creativas mayores de treinta son las que más se animan.

Olímpica es una de las marcas uruguayas que hay que conocer. Es una experiencia conocer el espacio creativo de Valentina y, su propuesta, es excepcionalmente única. Es realmente fascinante la armonía que se aprecia dentro de tanta mezcla, que hacen de sus piezas, el toque lúdico perfecto para sorprender con nuestro outfit. Por lejos, una de mis marcas preferidas de Montevideo.

 The Strawberry Blonde