Los vestidos de Victoria Muniagurria
La moda está tanto en el arte como el arte está en la moda. ¿Cuántas veces apreciamos desfiles más bien conceptuales que nos llenan de emoción como lo podría hacer una melodía de Vivaldi? ¿O cuántas pinturas nos permiten conocer la moda de de la época en la cual fueron creadas?
La semana pasada, en una exposición por el mes de la mujer en el local de mi mamá en Montevideo, “La Casa de Rose”, conocí la obra de Victoria Muniagurria que fusiona estos dos campos de expresión de manera inusual, haciendo vestidos que se convierten en cuadros o esculturas. Esta es la primera vez que escribo acerca de una artista en mi blog. Su obra me generó algo muy especial y realmente creo que vale la pena conocer.
Victoria tiene 54 años, nació en la provincia de Corrientes, Argentina, actualmente vive en Buenos Aires y se dedica de forma plena al arte. Por diez años tuvo junto a una socia, una firma de moda vanguardista y luego trabajó por quince años más en el rubro, hasta que en 2012 se sumergió en el mundo de las artes plásticas. Esta faceta de su carrera me llevó a hacerle la pregunta a continuación.
¿Por qué crees que continuaste diseñando vestidos pero dejaste de vestir personas?
“Hacer algo comercial, efímero y correr detrás de las tendencias, después de muchos años, me terminó cansando. Quería poder crear libremente y las personas condicionan mucho. Seguí haciendo vestidos porque tienen mucho que ver con mi historia…”
Con almidón la creativa le da cuerpo y dureza a tramas livianas de algodón o lino para crear delicados, etéreos y femeninos volúmenes con pliegues que los caracterizan, al igual que sus suaves matices. “Trabajar con el género en agua caliente es mi parte preferida”, confiesa.
Para ella los vestidos representan el vínculo con sus dos matriarcas: su madre y su abuela. También simbolizan los mandatos y las bases que por momentos en su vida, no la dejaron sentirse ella misma. “Siempre termino cortando con una trincheta la parte inferior de los vestidos, lo que representa para mí, la liberación de tantos reglamentos”, explica la artista que se conecta con el rock nacional y con ritmos latinos a la hora de crear.
Victoria trabaja y luego reflexiona en su obra junto a su profesora que es clínica de arte. “Trabajar con telas me conecta con mi infancia. Mi madre tenía un negocio de pueblo repleto de géneros y mi abuela que hacía juguetes, fue quien me enseñó a coser. Hay algo muy cálido en mis obras dado que se trabajan en caliente pero también está la rigidez de cuando se endurecen que representa las pérdidas tempranas en mi vida”.
El sueño de la homenajeada en esta nota, es continuar abriendo su camino en el inmenso mundo del arte, sentirse plena con su trabajo y que la gente siga conectando con su obra porque para ella “en el otro es donde cada pieza culmina”.
La belleza de esta obra es tan extraordinaria como su significado, que espeja retazos de la vida de Victoria Muniagurria, la artista detrás de los encantadores vestiditos moldeados con sentimiento.
The Strawberry Blonde
www.victoriamuniagurria.com