Un hallazgo en aguas bonaerenses

Vivo en búsqueda de nuevos talentos. De propuestas que me saquen un suspiro y me amarren con su narrativa. La semana pasada, mientras bebía mi religioso café matutino, descubrí Mimesis, una propuesta emergente bonaerense con un futuro prometedor. Nada como encontrar algo que brilla y además sea oro.

La navegación a vela es la musa de Mimesis, una propuesta de indumentaria que avanza al compás del viento, en el sentido que le indica la Tierra. Como las velas, sus diseños se activan con la acción del aire, y los nudos marineros juegan como lazos de unión entre sofisticadas piezas en formas puras. A su vez, existe cierto toque lúdico: los avíos se convierten en fichas del juego y los clásicos tonos náuticos se atreven a romper la tradición, con fines de diversión.

Agostina Mucanna y Camila Medina son las creativas a bordo. Fue en 2018, realizando su proyecto final de diseño en la UBA, cuando se embarcaron en este proyecto, que con el tiempo las mimetizó.

“Mi papá navega. Caminando por la marina se me abrió un nuevo mundo. Un universo que quisimos llevar a un puerto diferente”, cuenta Camila.

Las velas en desuso son materia prima para Mimesis, al igual que el algodón de pequeñas cooperativas en el Chaco. La sostenibilidad marca el Norte de las diseñadoras, quienes trabajan una moldería zero waste, siluetas que trascienden géneros, y prendas versátiles, reversibles y regulables. Además actualmente, las emprendedoras comienzan a incursionar las profundas aguas del teñido natural.

Números sobredimensionados como un guiño de tendencia, telas impermeables que imitan el reflejo del agua, tejidos que comienzan con un nudo y cápsulas de plástico reciclado que guardan la grifa junto a otros secretos. Estos son algunos de los detalles que convierten las prendas libres de Mimesis, en una verdadera propuesta de autor.

Los invito a conocer esta marca emergente, a navegar por su Instagram @mimesis_ _ y a sorprenderse con tantos otros detalles. Y tomen nota, porque esta embarcación, conquistará muchos puertos.

The Strawberry Blonde