Prensa que no podemos aprobar

“La hija mayor de máxima luce con orgullo su look plus size”, expone el titular de la última revista Caras (Argentina) acerca de la futura reina de los Países Bajos. Y en la bajada continúa: “Amalia (16), la heredera al trono de Holanda, víctima del bullying, enfrenta las críticas con fortaleza y el incondicional apoyo de sus padres. Una princesa que vive su adolescencia sin tabúes y defiende su figura de ‘mujer real’”.

Lo que más me asombra es que este titular no es solo la ignorancia de un periodista, sino la de todos los editores que consensuaron esté en la portada. Hablan de bullying como si esta publicación no lo fuera. Irónico.

Hay tantas cosas de base que están mal en esta portada. Cuando un periodista redacta un artículo está por un lado lo que dice y las intelectuales palabras que adornan su contenido; y por otro lado están esas palabras clave que nos permiten leer entre líneas invitándonos conocer los valores y los preconceptos naturalizados de quien escribe. En el mundo de hoy no podemos permitir amplificar la voz de personas que carecen de una base clara, ética y contemporánea.

Probablemente lo que sucedió en las oficinas de Caras, fue que para esta edición decidieron ser más inclusivos y usar por primera vez el término plus size. Estas son las desgracias periodísticas que suceden cuando una institución intenta proclamar valores que no practica.

Vamos por partes. “Luce con orgullo”. ¿Habría algún motivo por el cual Amalia debería caminar de otra forma que no sea con orgullo? En la mente del escritor de esta nota seguramente sí. Encuentro estas primeras tres palabras tan poco empoderantes.

Sigamos: “su look plus size”. ¿Se imaginan leer en una portada: las modelos caminan por la calle con sus t-shirts extra small? No. Porque simplemente no tendría sentido. El vestido de la futura reina es un diseño hecho a su medida con el cual seguramente se sintió sumamente empoderada. ¿Qué es eso de look plus size? Además, imagínense lo que puede generar esto en otras jóvenes de dieciséis años que tal vez sean una talla más que Amalia. Me pongo en su lugar y pienso: Si ella es plus size, ¿qué me queda a mí?

Creo que hay tantas cosas extraordinarias que se pueden decir acerca de Amalia. ¿Sabían que luce y promueve accesorios hechos por mujeres que escaparon de su hogar por violencia de género? Se me ocurren tantos titulares positivos para acompañar la foto de Máxima con su hija… Pero lamentablemente la visión del periodista de Caras es limitada, y sus ojos no pudieron trascender la talla de la princesa.

Después, como si el titular no pudiera empeorar, expone en la bajada: “defiende su figura de mujer real”. No son fan del término “mujeres reales”, porque todas sin excepción, somos reales. Sin embargo, este es un concepto que se utiliza cuando mostramos en una revista a una mujer sin extravagantes retoques en Photoshop, y no como un distintivo de talla. No termino de entender exactamente qué significaría ser “más real”.

Honestamente, me dio vergüenza ver la imagen de esta última portada. También tristeza, de imaginar todas las increíbles frases que podrían haber acompañado una tan linda foto. Sin embargo, me enorgullece ver como tantas personas alzan la voz, sin dejar pasar cosas como estas. Hay cierto tipo de periodismo, que ya no corre, y está en cada uno de nosotros luchar por erradicar todo lo que resta, o simplemente, no suma.

The Sour Berry